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lunes, 29 de abril de 2013

Apocalipsis, cap. 8-9-10



 Sin duda, la del Apocalipsis, es una de las lecturas más terroríficas de todas las que he realizado en mi vida. Los capítulos 8, 9 y 10 hablan de la apertura del séptimo sello y las siete plagas que asolarán a la humanidad cuando suenen las siete trompetas -el número 7 representa la perfección y es utilizado en numerosas ocasiones en todos los libros que componen la Biblia, especialmente en el Apocalipsis-

 ¿Cuántas trompetas habrán sonado ya y cuántas quedan por sonar? ¿Cuántas epidemias, guerras, catástrofes naturales, dictadores, banqueros o gobernantes sin escrúpulos tendremos que soportar?

 Disfrutad de la lectura de este texto escrito hace 2000 años y que, si miramos hechos como los atentados islamistas, los terremotos y tsunamis, el hambre que pasan tantos millones de personas, goza de total actualidad.



Apocalipsis, 8

1.Y cuando el Cordero abrió el séptimo sello, se produjo en el cielo un silencio, que duró alrededor de media hora. 

2.En seguida, vi a los siete Ángeles que están delante de Dios, y ellos recibieron siete trompetas.

3.Y vino otro Ángel que se ubicó junto al altar con un incensario de oro y recibió una gran cantidad de perfumes, para ofrecerlos junto con la oración de todos los santos, sobre el altar de oro que está delante del trono. 

4.Y el humo de los perfumes, junto con las oraciones de los santos, subió desde la mano del Ángel hasta la presencia de Dios. 

5.Después el Ángel tomó el incensario, lo llenó con el fuego del altar y lo arrojó sobre la tierra. Y hubo truenos, gritos, relámpagos y un temblor de tierra. 

6.Y los siete Ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas. 

7.Cuando el primer Ángel tocó la trompeta, cayó sobre la tierra granizo y fuego mezclado con sangre: la tercera parte de la tierra fue consumida, junto con la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde. 


8.Cuando el segundo Ángel tocó la trompeta, se precipitó sobre el mar una masa incandescente, grande como una montaña: la tercera parte del mar se convirtió en sangre; 

9.murió la tercera parte de los seres vivientes que habitan en sus aguas, y fue destruida la tercera parte de las naves. 

10.Cuando el tercer Ángel tocó la trompeta, un astro enorme que ardía como una antorcha cayó del cielo sobre la tercera parte de los ríos y de los manantiales. 

11.El astro se llamaba «Ajenjo». La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y murieron muchos hombres que bebieron de esas aguas, porque se habían vuelto amargas. 

12.Cuando el cuarto Ángel tocó la trompeta, se oscureció la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas. El día perdió la tercera parte de su luz, y lo mismo sucedió con la noche. 

13.Y después vi y oí a un águila que volaba en el cielo y decía con voz potente: «¡Ay de los habitantes de la tierra, cuando resuenen las trompetas que ya se disponen a tocar los otros tres Ángeles!». 




Apocalipsis, 9


1.Cuando el quinto Ángel tocó la trompeta, vi una estrella que había caído del cielo a la tierra. La estrella recibió la llave del pozo del Abismo,

2.y cuando abrió el pozo, comenzó a subir un humo, como el de un gran horno, que oscureció el sol y el aire.

3.Del humo salieron langostas que se expandieron por toda la tierra, y estas recibieron un poder como el que tienen los escorpiones de la tierra.

4.Se les ordenó que no dañaran las praderas ni las plantas ni los árboles, sino solamente a los hombres que no llevaran la marca de Dios sobre la frente.

5.Se les permitió, no que los mataran, sino que los atormentaran durante cinco meses, con un dolor parecido al que produce la picadura del escorpión.

6.En aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la encontrarán; querrán morir, pero la muerte huirá de ellos.

7.Las langostas parecían caballos equipados para la guerra: tenían en su cabeza algo parecido a coronas doradas y su rostro era semejante al rostro humano.

8.Su cabello era como el de las mujeres y sus dientes como dientes de leones.

9.Su tórax parecía una coraza de hierro; y el zumbido de sus alas era como el ruido de carros de muchos caballos corriendo al combate.

10.Tenían colas con un aguijón como los escorpiones, y en ellas residía el poder para dañar a los hombres durante cinco meses.

11.Su rey era el Ángel del Abismo, cuyo nombre es «Destructor»: «Abadón», en hebreo, y «Apolión», en griego.

12.La primera calamidad ha pasado, pero sepan que todavía faltan dos más.

13.Cuando el sexto Ángel tocó la trompeta, escuché una voz que provenía de los cuatro ángulos del altar de oro que está delante de Dios.

14.Y esa voz dijo al sexto Ángel, al que tenía la trompeta: «Suelta a los cuatro Ángeles que están encadenados junto al gran río Éufrates».

15.Y fueron soltados los cuatro Ángeles que estaban preparados para la hora, el día, el mes y el año en que debían exterminar a una tercera parte de los hombres.

16.Su ejército constaba de doscientos millones de jinetes: yo pude oír este número.

17.En la visión vi así a los caballos y a los jinetes: los jinetes llevaban corazas de fuego, de jacinto y de azufre; la cabeza de los caballos se parecía a la de los leones, y su boca vomitaba fuego, humo y azufre.

18.Una tercera parte de los hombres fue exterminada por estas tres plagas: el fuego, el humo y el azufre que salía de la boca de los caballos.

19.Porque el poder de esos caballos reside en su boca y en sus colas: sus colas son como serpientes, que tienen cabezas con las cuales hacen daño.

20.Y el resto de los hombres que no habían sido dañados por las plagas, no se arrepintieron de sus obras ni dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que son incapaces de ver, de oír y de caminar.

21.No, ellos no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus maleficios, ni de sus fornicaciones, ni de sus robos.




Apocalipsis, 10



1. Luego vi descender del cielo a otro Ángel poderoso, envuelto en una nube, con un arco iris sobre su cabeza. Su rostro era como el sol, sus piernas parecían columnas de fuego,

2. y en su mano tenía abierto un libro pequeño. Puso su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra,

3. y gritó con voz potente, semejante al rugido del león. Entonces, los siete truenos hicieron resonar sus voces.

4. Una vez que estos hablaron, yo me dispuse a escribir, pero una voz del cielo me ordenó: «Guarda en secreto lo que han dicho los siete truenos y no lo escribas».

5. Y el Ángel que yo había visto de pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano derecha hacia el cielo,

6. y juró por aquel que vive por los siglos de los siglos, por el que ha creado el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, diciendo: «¡Se acabó el tiempo de la espera!

7. Pero el día en que suene la trompeta del séptimo Ángel y se escuche su voz, se cumplirá el misterio de Dios, conforme al anuncio que él hizo a sus servidores, los profetas».

8. Y la voz que había oído desde el cielo me habló nuevamente, diciéndome: «Ve a tomar el pequeño libro que tiene abierto en la mano el Ángel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra».

9. Yo corrí hacia el Ángel y le rogué que me diera el pequeño libro, y él me respondió: «Toma y cómelo; será amargo para tu estómago, pero en tu boca será dulce como la miel».

10. Yo tomé el pequeño libro de la mano del Ángel ylo comí: en mi boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo, se volvió amargo en mi estómago.

11. Entonces se me dijo: «Es necesario que profetices nuevamente acerca de una multitud de pueblos, de naciones, de lenguas y de reyes».

¿Cuánto aguantaremos hasta que esto estalle...?

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